Pocas veces en la vida se te presenta un ocasión como esta. Llegó a mi taller una Madonna con Niño, de formato pequeño. Un cuadro coqueto, bastante repintado se veía, reentelado, pero que tenía una característica algo extraña. La virgen parecía actual, mientras que el niño tenía reminiscencias dieciochescas. Su estado no era malo, únicamente unas bolsas que habría que bajar y algunos craquelados que podrían corregirse son ningún problema.
Lo curioso de todo esto, se produjo durante la intervención en la limpieza química, en la que la sorpresa fue tremenda cuando se comenzó a limpiar la mano de la derecha. Sorprendentemente, bajo ésta, apareció una mano distinta, de hombre, tras lo cual, se intervino la siguiente, y apareció bajo esa amalgama de óleo una mano masculina, trás lo cual, se decidió intervenir el rostro de la Madonna.
Cuando pudimos retirar el óleo, nos dimos cuenta que bajo la madonna del s.XIX había un San José del siglo XVIII de buena factura y que se encontraba en un estado bastante bueno. Así que tras el permiso de su dueño nos pusimos manos a la obra.
La obra que había debajo era cuan más bonita aún que la superior. Es una satisfacción encontrarse con casos así en la que la investigación y la restauración pueden encanminarte a otros derroteros. Os dejo con la obra final.
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